“¿Cómo puede ser justo, olvidar a los muertos? ¿Hay alguien que piense así? Si lo hay, no quiero su estima … Si el muerto está extendido en su tumba y los culpables no son castigados, la virtud y la piedad morirán en todos los mortales.”
miércoles, 22 de septiembre de 2010
ITACA
Del poeta griego Konstantino Kavafis.
Cuando el viaje emprendas hacia Itaca,
ruega que sea largo el camino
pleno de aventuras, pleno de conocimientos.
A los Lestrigones y a los Cíclopes
al encolerizado Poseidón no temas.
Tales cosas nunca hallaras en tu camino,
mientras mantengas tu pensamiento en alto,
mientras selecta emoción roce tu espíritu y tu cuerpo.
A los Lestrigones y a los Cíclopes,
y al feroz Poseidón no hallarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si tu alma ante ti no los coloca.
Ruega que sea largo el camino.
Que haya muchas mañanas estivales
en las que, con qué placer y alegría
arribes a puertos nunca vistos;
detente en los mercados fenicios,
y adquiere finas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébanos,
y sensuales perfumes de toda clase,
cuantos más perfumes sensuales puedas;
visita muchas ciudades egipcias,
y aprende más y más, de los sabios.
Mantén en tu pensamiento siempre a Itaca.
Llegar allí es tu destino.
Pero no apresures por nada el viaje.
Mejor que dure muchos años,
para que ya anciano llegues a la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino,
sin esperar riquezas de Itaca.
Itaca te ha dado el más maravilloso viaje.
Sin ella, nunca hubieras emprendido el camino.
Otras cosas ya no tiene para darte.
Aunque pobre la encuentres, Itaca no te engañó.
Sabio como has llegado a ser, con tanta experiencia,
ya habrás comprendido qué significan las Itacas.
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