domingo, 19 de septiembre de 2010

Trazos para compartir


Lo divino, lo sagrado y el mito:

“Tráeme un fruto de aquella higuera”
“Aquí esta venerable Señor”
“Pártelo”
“Ya está partido venerable Señor”
“¿Que ves allí?”
“Estas semillas, inmensamente pequeñas”
“Parte una de ellas, hijo mío”
“Ya está partida, venerable Señor”
“Que ves allí”
“Ninguna cosa, venerable Señor”.
El padre dijo: “Esa esencia sutil, mi querido, que allí no percibes, de esa propia esencia surge esta gran higuera de bengala. Créeme, mi querido. Ahora bien, en eso que es la sutil esencia allí todo lo que existe tiene su ser. Eso es lo Verdadero. Eso es el Sí Mismo. Eso eres.” Chhandogya Upanishada.

Los MITOS de la luz
de Joseph Campbell

Los mitos no pertenecen, en realidad, a la mente racional. Mas bien, burbujean desde las profundidades de los manantiales que Jung denominaba el inconsciente colectivo.
Actualmente la palabra mito significa falsedad, y así hemos perdido los símbolos y aquel misterioso mundo al cual se referían.
En la actualidad nuestra cultura ha rechazado este mundo de simbología. Se ha adentrado en una faz económica y política donde los principios espirituales son descartados por completo... El misterio se ha perdido.
¿Qué leemos? Leemos periódicos y mírame informativos dedicados a guerras, asesinatos, violaciones, políticos y atletas, y eso es todo. Ese es el tiempo que la gente acostumbrara a dedicar al culto, a las leyendas sobre deidades que representaban a las figuras fundadoras de sus vidas y su religión. Hoy la gente anda tratando de reencontrar por ahí algo que ha perdido.
Déjenme contarles una pequeña historia. Tengo solo un diminuto aparato de televisión, del tamaño de una postal, que compre hace muchos años cuando aparecía por TV y quería verme a mí mismo. Después de aquello nunca lo miré demasiado, pero cuando empezaron a transmitir las imágenes desde la luna, pasaba día tras día pegado a la pantalla simplemente mirando. Uno de los momentos más conmovedores fue cuando los astronautas estaban regresando y el control de tierra desde Houston les preguntó “¿Quién es el navegante ahora?”. La respuesta que se escuchó fue: “Newton”.
De inmediato pensé en la “Estética trascendental” de Kant, el primer capítulo de su crítica de la razón pura, donde dice que el tiempo y el espacio son formas de la SENSIBILIDAD y que ellas son esenciales para nuestro modo de experiencia. Nada podemos experimentar fuera de ellas. Son formas a priori. Entonces parece que conocemos las leyes del espacio antes de llegar allí. En su introducción a la metafísica, Kant pregunta: “¿Cómo podemos tener la certeza de que los cálculos matemáticos hechos en este espacio de aquí van a funcionar en aquel espacio de allá?” La respuesta vino a mí a través de estos hombres. “Hay un único espacio porque aquí está funcionando solo una mente”.

El conocimiento del espacio es el conocimiento de nuestras vidas, nacemos desde el espacio. Fue desde el espacio que surgió el “Big Bang” que emitió galaxias y más allá de las galaxias, sistemas solares. El plante sobre el cual estamos es un pequeño guijarro en este universo, y hemos crecido en esta tierra a partir de tal guijarro. Esta es la fantástica mitología que espera que alguien escriba poemas sobre ella.
La mitología la componen los poetas a partir de si discernimiento y comprensión del mundo. LAS MITOLOGIAS NO SE INVENTAN, SE ENCUENTRAN. Así como no podemos saber cuáles serán nuestros sueños esta noche nadie puede inventar un mito. Lo mitos provienen de la región mística de la experiencia esencial.

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