lunes, 8 de noviembre de 2010

¡Solo quedan tres fines de semana!




Así la vio

Rafael Pineda
Poeta y diplomático de Republica Dominicana

Electra, una apuesta de Marisa Bentancur

MONTEVIDEO, Uruguay- Hoy fui al teatro a ver una de las grandes tragedias griegas. Género por el que particularmente me siento atraído. Me gustan las creaciones de esa época. En esta ocasión la propuesta fue Electra. Escrita por Sófocles en una fecha que aún no se ha podido determinar, representada, según la historia del arte, hacia el año 418 antes de Cristo.

He leído y he visto mucho teatro griego, en diferentes versiones y en varios países. Hasta pudiera decir que cada país tiene una interpretación distinta de las mismas obras. Sin lugar a dudas la que he presenciado hoy constituye una de las mejores puestas en escena. Está dirigida por Marisa Bentancur, quien proyecta para esta pieza una programación de veinte representaciones en “Espacio Palermo”, el teatro de la calle Isla de Flores, de la ciudad de Montevideo.

Me gustó el trabajo de dirección realizado por Bentancur, quien posee una sólida carrera en el arte dramático como actriz, docente y directora. Ha dirigido otros espectáculos de teatro griego, entre los que destaca Las Troyanas, de Eurípides, ha obtenido numerosos galardones, nominada varias veces a los premios Florencio, y ha destacado en el Festival de Teatro de Porto Alegre, en Brasil.

Cabe destacar el aprovechado esfuerzo del elenco que encabeza la magnífica actriz Gabriela Iribarren en el papel de Electra, secundada por Lucas Barreiro como Orestes, Gustavo Suárez, como Preceptor, Rosa Simonelli en el papel de Clitemnestra, Vicky Rodríguez como Crisotemis, Gustavo Bianchi en el papel de Egisto y un formidable coro de doncellas argivas formado por Danna Liberman, Liliana Curto, Vicky Novick, Paola Ferreira, María Inés Dutour y Daniela Mosca.

Marisa Bentancur a través del estudio de la sicología de los personajes “sofoclianos“, consigue conquistar el interés del espectador. Provoca en éste la sensación de que ha correspondido a una convocatoria donde se apuntalan hechos reales y tan abominables que a lo largo de la historia minaron el equilibrio de la sociedad.
Con Electra, el registro de los actos ignominiosos del pasado, la directora uruguaya ha obtenido un notable acierto escénico.

Me provocó interés desde el principio y considero adecuado que en el lanzamiento de la obra figure la expresión “Un compromiso con la memoria”.

A lo largo de la evolución social, millones de crímenes quedaron sin castigo. Sófocles, al escribir esta obra, indudablemente que estaba asumiendo un compromiso con la verdad y con la justicia. Bentancur asume y nos muestra ese compromiso del dramaturgo griego.

Sófocles tomó para sí con entereza la experiencia de su tiempo y condujo a sus personajes a actuar justicieramente. En su muy lograda puesta en escena, Marisa Bentancur recalca el propósito de llegar hasta el fondo de la justicia, que es lo que finalmente ha fertilizado el tránsito histórico hacia un estadio superior.


Los actores se dejan llevar y con gran naturalidad, con desplazamientos contagiosos, nos muestran el proceso del aniquilamiento del rey Agamenón, la expulsión de Orestes y la continua humillación de Electra por parte de la madre infiel y de su cómplice Egisto, amante y co autor de los crímenes.

Rosa Simonelli se involucra en el personaje de Clitemnestra, logra responder a los requerimientos de asumir la sicología de una mujer que protagoniza hechos tan condenables. La sociedad, representada en el incisivo coro, nunca le perdona haber traicionado las tradiciones del pueblo.

Electra hace resistencia contra la madre y su amante, mientras Orestes desde el exilio promueve la rebelión contra los usurpadores del trono, organizando un movimiento que concluye con su regreso a la tierra que lo vio nacer y con el ajusticiamiento de los traidores.

Una lección que nos lega la cultura griega desde muchísimo tiempo y que Marisa Bentancur nos trae con una carga de vitalidad, actualizando una puesta en escena cónsona con los mejores preceptos de nuestra época.

La tragedia griega no muere. Hoy tiene tanta actualidad como ayer. Las obras de Sófocles como las de Eurípides siguen siendo representadas en todas partes del mundo. Sus mensajes tienen cada vez más presencia y no faltan directores como Bentancur que se encargan de mantener vigente ese pensamiento que ayuda a fortalecer la
democracia y la justicia infinita.

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